No fue algo instantáneo. Tardé alguno días en reconocerlo tras su arribo a la pretemporada. Esto lo cuento para que entiendan mi trabajo. Para que puedan imaginarse aunque sea en un por ciento lo profundo que es el fútbol. Mucho más allá del fanatismo está el análisis. Y contemplar entrenamientos no siempre es mirar para dónde va la pelota. Tanta opinión tras los partidos es fácil. Abrir un tema de conversación si un jugador “x” convierte un triplete; evidentemente es lo que armaría la pauta de cualquier programa. Pero cuando uno observa progreso en los entrenamientos y se comprueba en un partido oficial, esa es otra área del periodismo: el famoso “Diario del Viernes” en su poderoso esplendor. Y no basta con ir a los entrenamientos. Que yo sepa en los kioscos no se puede comprar la observación analítica detallada de un futbolista sin participación con balón.
Cuando Luis Guerra volvió tras su préstamo en Monagas nadie lo mencionó como una gran noticia. Nadie le había seguido la pista en Venezuela donde no anotó goles oficiales y estuvo relegado durante los últimos siete partidos de la temporada viendo desde la tribuna como Metropolitanos vencía en la final del torneo venezolano a su equipo en tanda de penales.
Con la pretemporada en marcha pedíamos a Bruno Pérez y José Bandez casi con desesperación por ver en ellos una distinción que finalmente se cargó a su espalda muy calladito y piola Luis “Conflicto”. Simplemente apareció y de una comenzó a jugar. Fue una cosa de dos semanas su puesta a punto y le bastó para marcar una diferencia de técnica en velocidad que por supuesto llamó la atención del cuerpo técnico aunque lo fueron llevando con calma. A pesar de ser citado en dos partidos importantes frente a Santiago Morning y Rangers, no sumó minutos. Solamente quedaba esperar que en el calendario apareciera el fixture de Copa Chile donde se sabía que el “Sir” iba a incluir una rotación profunda en cancha para probar rendimientos.
No habría otra oportunidad. Las gambetas que sacaban aplausos en las sesiones de prácticas de fútbol en los entrenamientos tenían que hacerse presente en un partido oficial, contra un rival amateur, pero con la obligación de jugar al máximo sin testigos salvo hinchas que viajaron a Calama motivados con ver una goleada y por supuesto nosotros como prensa acreditada. Guerra la rompió y mostrando una faceta jamás antes vista con la camiseta del Puma se ganó la confianza de John Armijo.
El gol a Cobreloa por la fecha pendiente de Liga Ascenso fue solo un aperitivo. Guerra no salió nunca más de la titularidad y frente a Temuco fue el destape total con triplete. La desnudez completa de un jugador que es otro para nuestros ojos, pero que desde la perspectiva de él, es solamente lo que está llamado a ser. Doblete a Universidad de Concepción y otro triplete a Puerto Montt que marca un hito histórico por la camiseta del Puma.
Con esto no quiero entrar en ningún debate pero más allá del aporte futbolístico de otros jugadores que comenzaron jugando la temporada, Luis Guerra es el jugador del momento en la Primera B y simplemente es el mejor. No hay otro jugador que con su impacto haya tenido este rendimiento, más allá de la factura de sus goles. Es un jugador que pareciera ser de otra liga con esa confianza irreverente en la que incluso hasta cuesta tocarlo para bajarlo con faltas. “El Pelé Puma” le dicen muchos, “El Pelé del Cosmos” dicen otros. Sea con quien sea la comparación, su nombre es Luis Guerra y no se guarda nada para traerle mucho conflicto a sus rivales que no tienen idea de cómo detener a un jugador tan desequilibrate en una liga donde nadie está acostumbrado a ver buenos jugadores con constancia.
Por Marcelo Cheloi, Periodista EAH