¿QUÉ PUEDE ESPERAR UNIVERSIDAD CATÓLICA DE BYRON NIETO?

Ya es oficial. Una nueva página de fichajes se escribe entre Club Deportes Antofagasta y Universidad Católica. O mejor dicho, una nueva relación comercial entre un club grande de Chile que aprovecha el momento para “reforzarse” con un jugador que se ha ido al descenso sin mostrar un nivel acorde a la camiseta que le tocará vestir el 2023

Nieto llegó al cuadro Puma proveniente de Barnechea el 2019 como una inversión de Jorge Sánchez en calidad de “activo intangible”. Esto indica que el jugador no es propiedad del club, sino del grupo inversor que controla Club Deportes Antofagasta bajo el nombre de Laguna Founding (o Factor One).

Esta operación, que significa el préstamo del jugador por un año con opción de compra, considera que si el jugador no es adquirido por Universidad Católica, podría volver a vestirse de puma el 2024. Por el bien del club, esperemos que eso no ocurra.

Como lateral derecho, Nieto representa todo lo que no me gusta de un jugador que cubre quizás, una de las dos posiciones más importantes del fútbol actual. En fase defensiva no tiene marca; tampoco un físico que sacrifique en pro de agobiar a los delanteros o extremos que lo atacan. No tiene juegue aéreo ni una velocidad en retroceso que lo marque como “veloz”. Es más lo contrario, quizás por no sentir tanto los colores del Puma, en muchas ocasiones de estas cuatro temporadas que jugó en Antofagasta, la palabra “trotón” afloró de la boca de los hinchas en innumerables ocasiones.

En fase ofensiva, su poca capacidad de conducir en velocidad lo lleva a encasillarse en el típico lateral derecho de liga chilena. No transporta el balón para generar ataque, sino que conduce para detenerse y sacar un centro 3/4 que para las defensas es muy fácil rechazar. El “centro a la chilena” como le decimos nosotros en EAH MEDIA, a la ejecución de sacarse la pelota de encima y buscar la poca probabilidad de que un compañero gane un cabezazo en el área totalmente anunciado.

Si lo llevamos al plano de la Copa del Mundo que se está jugando actualmente, ese centro, no se ve en los partidos por diseño. Si es que lo vemos en alguna oportunidad esporádica, es más por necesidad que trabajo táctico. Laterales como Dumfries (Países Bajos) o Joao Cancelo (Portugal) son el modelo a seguir que constata la evolución del puesto y de lo que se debe hacer tanto en ataque como en defensa. Estos laterales de elite, no manejan la pelota porque si, sino que son un esamblaje de ataque que llegan a línea de fondo como extremos, con criterio para entender que levantar el balón es dividir y no dar un pase con ventaja.

¿Qué pasará por los pasillos de Universidad Católica que deben mirar a un jugador que perdió la categoría siendo uno de los titulares más bajos en rendimiento de Club Deportes Antofagasta el 2022? El fútbol chileno ya no pasa por ser “generoso”, sino más bien, está empezar a adquirir dote de un fútbol pelotudo que solamente piensa con la billetera.

 

por Marcelo Cheloi. Periodista EAH